Tuesday, April 26, 2005

Gracias por pensar en mí...

Bueno, creo que he llegado al punto en mi vida donde todo dará un giro de 360 grados. Lamentablemente, las cosas van cambiando para lo peor, y tengo que aprender a enfrentarme a esas cosas. El mundo está jugando a las cartas conmigo, y creo que estoy perdiendo. Tendré que sacar algún truco de mis mangas para poder ganarle. No es justo, a veces, lo que a uno le toca hacer, lo que a uno le toca vivir, pero para mi pesar, la vida es la vida, y punto. Yo pienso que la vida es un juego, donde uno tiene que aprender a manejar cada ficha, cada pieza, cada carta, o lo que sea, ya que no sé con cual juego compararlo. No podría ser con Monopolio, porque ese juego consiste en sobrevivir económicamente, y en la vida, el dinero no lo es todo. No lo comparo con el Poker, porque en la vida, no todo es una jerarquía. No lo comparo con Clue, porque en la vida hay misterios, pero no es para tanto. No lo comparo con brisca, porque no y punto. Pero nada, la vida es un juego y punto. A veces quisiera poder tener un manual de la vida, para saber que jugada o que truco sacar en el momento adecuado, pero no puedo decir que lo tengo. En realidad, nadie lo tiene. Lo único que queda por hacer es encomendarse a DIOS, porque El es el único que puede ayudarnos siempre. Pero es triste como nosotros buscamos otras soluciones primero, y si no se arregla la situacion, DIOS es la ULTIMA RESPUESTA que buscamos. Si nos encomendáramos más a menudo, tendríamos una carga más liviana, una cruz menos pesada. Pero somos humanos, y eso es lo bueno de ser humano: nos equivocamos, y DIOS siempre nos perdona. Ay, DIOS es taaaaaaan bueno!!! Pero nada, aprendamos a manejar nuestras fichas. Pero me alejé del tema original, porque el título de este blog no tiene que ver nada con lo que he dicho. Lo que quería decir es que de hoy en adelante, voy a pensar más en mí. Siempre estoy pensando en como agradar a los demás, como puedo ayudar a los demás, y por andar ayudando a los demás, dejo atrás las cosas mías, las cosas que a mí me gustan, y para qué? Nadie me lo agradece, nadie me devuelve los favores cuando los pido, nadie. Llegué, entonces a la conclusión de que tengo que pensar más en mí. No es que vaya a ser un egoísta completamente, sino que, en vez de posponer mis cosas por ayudar a otros, pospondré las cosas de otros a lo que resuelvo mis propios asuntos. Eso es lo que haré de ahora en adelante.