Monday, October 24, 2005

Bienvenido...

Buenas noches, caballero. Bienvenido a mi vida. Espero que se encuentre con buen estado de salud, pues sin salud, no hay vida. Vamos a dar un paseo por lugares importantes en mi vida. Primero, entremos a mi mente... como puede darse cuenta, mi mente tiene un poco de revolú... perdone por no recogerlo antes de que usted llegara. No me esperaba su gratísima visita. Allá en la esquina están las tristezas... arrinconadas y castigadas, porque siempre están tratando de inundar mi vida, lo que me hace querer llorar, gritar y dejarle de hablar a todo el mundo. En la cajita de cristal están mis alegrías. Los momentos más alegres, como tu llegada a mi vida, lo guardo ahí dentro; es un momento muy precioso como para dejarlo a la deriva. Las telarañas que puede apreciar son los prejuicios que siempre intentan acecharme y volverme loco, pero mira... yo agarro la escoba de la autoestima, y barro con ellas. No quiero hacerlo ahora, porque toda mi atención está puesta en tí... Ay, ya me cansé de mostrarte mi mente. Vamos al corazón...
Mi corazón está un poco ambiguo... Te preguntarás por qué. Pues la razón es muy sencilla... La luz de Dios la está iluminando, ya que El es el factor principal de mi amor. Ahora, también está un poco tenebroso, oscuro... le falta lo principal de esta vida... creo que está por llegar... o quizá llegó... si llegó, no quiere, o se resiste a aceptarlo. No sé qué es lo que está pasando, caballero, pero usted no lo capta. No sé que le pasa. Bueno, sigamos con el recorrido.
Por último, mi alma. El alma de un chico alegre inundado de amor propio, pero en sequía de amor romántico, el amor que alegra todo, cree todo, soporta todo, etc. El alma de un chico que ama la música, ama la vida, ama la espontaneidad, ama la originalidad, ama el cariño, ama a sus amigos con todo su corazón (el cuarto tenebroso donde estábamos antes... jejeje, que irónico, no, caballero?) El alma de un chico que es simplemente un chico en busca de amor verdadero, amor puro, amor real, amor sin mentiras, amor sin rodeos ni preceptos.
Bueno, caballero, llegamos a la recta final, pero si se queda por un rato más, le explico cómo guardo las cosas en mi corazón, como las etiqueto, etc. Andale, quédese... Quédese por... siempre... No se vaya nunca... O quizá me pueda dar un recorrido de su mente, su corazón o su alma... me gustaría mucho... Déjame entrar en tí... puedo ser quien quieras que sea, o puedo ser yo... te lo suplico... démonos la oportunidad de viajar en el inmenso mundo de nuestras mentes... sé que encontraremos cosas iguales, inigualables, y cosas que son distintas, como todo, pero podríamos ser felices... realmente felices... piénsalo...